Cumplir los objetivos depende de cada persona y de sus
intereses. Hay
una serie de metas que una persona se traza para la vida personal, emocional y
profesional y que considera que son necesarias, sin embargo, también hay
individuos que tienen muy buena vida, sin haber hecho un proyecto o, por lo
menos, pensado en él. EL FUTURO SE LABRA También resulta difícil hablar de
crear un proyecto de vida en individuos que creen que su futuro ya está, de
alguna manera, determinado por su familia, su lugar de origen, su nivel
socio económico, alguna carencia afectiva y la suerte. Eso limita la posibilidad
de planear. Por otro lado, según los psicólogos, hay quienes se refugian en
ideales y sueñan con utopías; otros tratan de volver al pasado y algunos viven
angustiados por todas las fatalidades que pueden suceder en el futuro. De
ahí la importancia de conocerse, de pensar en lo que se quiere hacer. En la
niñez y la adolescencia se definen las características de las personas y en
esta última casi es obligatorio pensar en el futuro, pues al terminar el
bachillerato y entrar a la universidad, viene una etapa de cierta
independencia, donde los jóvenes empiezan a involucrarse con espacios
desconocidos de trabajo o en una relación de pareja. Ahí es donde se deben
fijar objetivos para más adelante. NO ES UNA CAMISA DE FUERZA Pero, ojo, porque
un proyecto de vida no es una camisa de fuerza, un plan rígido imposible de
modificar. Tiene
que ser dinámico y que se pueda redirigir para cumplir con las metas. El
comienzo es hacer un ejercicio que le permite al individuo ubicarse y saber qué
es lo que puede hacer y en qué cosas debe trabajar para cumplir con ese
objetivo. Por ejemplo, quiero hacer una especialización en dos años,
económicamente cuánto necesito, en qué universidad planeo estudiar. UNA MEJOR
VEJEZ, para quien el proyecto se modifica toda la vida, hasta el día de la
muerte. Sostiene que los estudios en envejecimiento han demostrado que las
personas que tienen metas a futuro, cuentan con mayor vitalidad. Pero un proyecto
se establece según las circunstancias del momento. Una
persona que había dicho que quería trabajar hasta los 70 años, a los 50 sufre
un accidente y en consecuencia, tiene que dejar de hacerlo, debe sentarse a
replantear su vida a partir de esa circunstancia. De lo contrario, esta se le
acaba. Para los especialistas, el proyecto de vida se debería trabajar desde la
niñez, como en Europa, donde se le insiste a la gente en cómo quiere vivir
cuando sea vieja. En
Colombia, la gente se establece metas muy cortas y se pensiona sin saber qué
quiere hacer. Un buen ejercicio es empezar a soñar desde temprano. Así se
evitan conflictos comunes como los de quienes llevan un ritmo frenético de
trabajo y en el momento en que no lo tienen, se enferman. El que se adapta es
mucho más feliz. NUNCA ES TARDE ... CLAVES. Un proyecto de vida se debe
establecer en todos los aspectos, con énfasis en los familiares, sociales y
personales, así como en la formación que no acaba cuando termina la vida
laboral, pues lo ideal es seguir aprendiendo. Al llegar a la madurez, conviene
dedicarse a nuevas actividades o a aquellas a las que nunca se les dedicó
tiempo. Nunca es tarde para aprender. También tienen que ver las relaciones y
el entorno sociales, pues cuando se tienen redes es claro que se vive mejor. No
siempre es posible tener esposo (a), hijos o una familia grande, tal como se
soñó. Pero en ese caso el proyecto de vida no se acaba, los amigos son un gran
soporte. Aunque se trata de una forma de planear el futuro nadie dice que tiene
que salir como se pensó. Hay que ser consciente y adaptarse a lo que se tiene.
'' Más que armar planes de trabajar, tener éxito o conseguir dinero, por encima
de todo, está el deseo de ser feliz. No siempre los sueños se hacen realidad,
hay que trazarse nuevas metas La flexibilidad para acomodarse a las situaciones
y la autoestima son los soportes para superar la frustración de las metas que
no se han podido cumplir. Una persona por ejemplo, que sueña con casarse y no
lo hace, o que sueña con tener éxito en un oficio para el que no tiene las
suficientes habilidades puede pensar en ser feliz con su familia o su núcleo de
amigos y con sus talentos, sin que resulte traumático. Una
cosa es lo que la vida le ha dado y otra, lo que uno quiere hacer con su vida.
Esta es una buena oportunidad, como todo año que empieza, para plantearse
nuevas metas, si no se tiene un rumbo claro. Pero hay que hacerlo desde la
realidad, la propia historia personal, con la conciencia de lo que se tiene y
lo que no en todos los aspectos: físico, relaciones sociales, vida espiritual,
emocional, intelectual y ver qué áreas se pueden cambiar y cuáles no.
Inclusive, hay esperanzas para quienes creen que no las tienen.
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